Recientemente asistí a un taller abierto de percusión, ya iban por la quinta o sexta clase y sin embargo ese día llegaron personas que estaban asistiendo por primera vez y se montaron a pretender aprender desde cero quitándole muchísimo tiempo al resto de los estudiantes que venían asistiendo desde el principio. Pensé qué, si yo fuera una persona recién llegada a un taller de este tipo, lo más decente era estar toda la clase de observador, a un lado, viendo y preguntando sin afectar el curso del aprendizaje de los demás pero, para los VPI su mundo, su tiempo y sus necesidades están por encima de las de cualquier otro u otra. Esta gente, hombres y mujeres, se pusieron a tocar sin tener la mínima base necesaria para hacerlo.
Los VPI ausentes son esos que no participan, no asisten, no intercambian, no votan…pero cuando les afecta la decisión tomada mientras no estaban o por no haber votado o hablado, entonces si abren la boca para reclamar a gritos la injusticia de la vida o se dedican a sabotear, con mayor o menor ensañamiento, la decisión adoptada por quiénes si estuvieron y participaron.
El ejemplo más a la mano es el de las Juntas de Condominio. ¿Cuántas convocatorias se hacen para que bajen los propietarios?, ¿cuántos vecinos terminan asistiendo a esas reuniones? Son pocos los que realmente participan para decidir sobre SUS PROPIOS ESPACIOS DE VIDA. Hay otros que van de vez en cuando pero sólo a enlodar con denuncias falsas y peleas la actividad y por supuesto están los que nunca van y luego son los que mas se quejan.
Las reuniones de padres y representantes en los colegios también son famosas por su poca asistencia y el escaso interés de los convocados en decidir sobre la suerte inmediata de sus hijos y de las finanzas familiares.
La Asamblea Nacional también cuenta con su buen número de VPI ausentes. Esa que se supone es la institución que debe dar el mayor ejemplo de lo que es la participación y el debate, tiene entre sus miembros récords Guiness de inasistencias. Lo más increíble es que muchos de esos ausentes son los que más exigen discusiones y cambios en el ambiente parlamentario cuando los entrevista algún medio de comunicación.
Cultural, que le dicen, la inasistencia metódica, la impuntualidad y la cultura de la quejadera, de la cual hemos hablado en artículos anteriores. ¿Cómo resolver problemas de esa manera?