NO ceda el paso

De nuevo caminando por la acera cercana al lugar donde trabajo, al pasar por la salida del estacionamiento experimenté el síndrome de “NO ceda el paso” del cual sufren los VPI. Al detenerme para permitir que un carro saliera me tropezaron, me insultaron, me miraron feo y todos esos VPI se le atravesaron al carro saliente y también lo insultaron y lo miraron feo, a pesar de que su conductor, muy decentemente, apenas movía milímetros su carro cuando medio le dejaban espacio los caminantes.

Cuando el carro finalmente pudo asomar su parte delantera en la avenida comencé a caminar para rodearlo por detrás (por mi derecha), en esos pocos centímetros de marcha me siguieron tropezando los que venían caminando desde detrás de mi (señoras, señoras, niños, jóvenes, etcétera) y también se me atravesaron los que venían de frente quienes se negaban a esperar que el carro terminara de salir para ellos tener su derecha libre por la cual desplazarse. No. Para esos VPI es más lógico enfrentarse a empujones para “no perder tiempo” y aliviar su apuro estúpido.

Cuando se va en carro la conducta de “NO ceda el paso” es mucho más aguda, si se detiene para permitir que otro vehículo se meta en la fila o pase el cruce o entre o salga de un estacionamiento o para dejar que pase algún peatón, en el 90% de los casos usted recibirá cornetazos constantes del carro de atrás acompañado de cambios desaforados de luces, gestos con las manos y frases motivadoras como “¡muévete animal!”. Si hay un poco de espacio al lado o no viene carro por el canal de venida entonces el carro de atrás, luego de hacer todo lo dicho arriba, se meterá por allí acelerando como coche de Fórmula 1, tratando de pasar lo más pegado de usted, lo insultará, lo mirará con odio y seguirá de largo a menos que antes tenga que pegar un frenazo para no chocar con el carro que usted dejó meter o para no atropellar al peatón que venía pasando agradecido porque alguien le diera paso. En ese caso el odio del VPI se multiplica por 100 porque en esta ciudad ceder el paso es prácticamente una herejía.

Otra vez los come-aceras

La semana pasada almorcé por los lados de Chacao y luego caminé desde allí hasta Los Palos Grandes pasando nuevamente por la acera que va desde “El mundo del pollo” hasta “El Solar del Vino”. Esta vez aunque no encontré los carros por toda la acera como lo indiqué en este otro artículo, si me topé casi en la esquina con este camión blanco bloqueando totalmente el paso peatonal y obligándome a mí, y a todo el que quisiera pasar por allí caminando, a tener que hacerlo por todo el medio de la calle con carros viniendo a toda velocidad.

No cabe duda de que en ese trecho de acera se cumple al pie de la letra aquello de que en Caracas los carros son los que tienen prioridad por sobre los peatones.

¿Y las autoridades de Chacao? Bien, gracias, concentrados en lo de las elecciones presidenciales.