Hay que aprender
A asumir nuestra libertad de hacer las cosas bien o mal. Ser responsables sin excusas de nuestros actos.
Hay que aprender
Que los demás no son tus enemigos en tanto no seas enemigos de ellos. Los demás existen también eso debes recordarlo a cada paso que des.
Hay que aprender
A ser mejores, a no mirar a quien esté por arriba con resentimiento ni al que esté por debajo con menosprecio.
Hay que aprender
A no clasificar gente por colores, preferencias o procedencia. A no discriminarles o maltratarles por ello. A asumir que son gente, personas, como uno y no cosas o animales.
Hay que aprender
Que no eres el más arrecho ni hoy ni nunca, ni aquí ni allá y que si por un tiempo disfrutas de la superioridad en algo el mejor camino es ser modesto y amplio pues la mejor huella que puedes dejar en tu paso por este mundo es la humildad y la enseñanza.
Hay que aprender
El valor de lograr las cosas trabajando y preparándose, a valorar y promover a quienes consiguen cosas trabajando y preparándose, a negar el facilismo, la trampa y la viveza.
Hay que aprender
A no resentirte y quejarte por cualquier cosa, a aceptar tus cotidianas luchas y las cosas naturales de la vida. A no resentirte por nada contra tus empleadores y a valorar como gente a tus empleados.
Hay que aprender
Que servir no es humillarse. Que fajarse trabajando no es ser pendejo y que el éxito se mide más por el aprecio verdadero de los demás que por la cantidad de cosas que puedas comprar.
Hay que aprender
Que tienes que aprender muchas cosas y que no estás bien ni sano como ciudadano. Lo primero es reconocer que no estás bien y aceptarlo pues de allí comienza el aprendizaje cada día de una nueva forma de ser gente, cada día un éxito, cada día un alivio de tanta pelea y agresión inútil, cada día más vida.
¿Quieres intentarlo?