Semáforo dañado…caos seguro:

Cruce

Otra manera de observar  diversas conductas estúpidas de los VPI en un solo lugar es sentarse cómodamente delante de cualquier cruce de calles concurridas en donde no haya semáforo o el mismo esté dañado. 

Si hay fiscales de tránsito presentes entonces la cola es de un ruido infernal pues todos y cada uno de los conductores VPI le achaca el embotellamiento a estos funcionarios y lo presionan a cornetazo limpio, ninguno reconoce que la culpa en primer lugar la tienen: los conductores atravesados, los que se meten a lo bravo, el volumen excesivo de vehículos que hay en esta ciudad ya saturada, los peatones que se meten antes de que el fiscal dé la señal y entonces hacen frenar los carros, los motorizados irresponsables que se meten por cualquier parte hasta por la acera, los huecos…y finalmente la falta de pericia y de autoridad que muchas veces se nota en estos fiscales abrumados por un problema serio como lo es el tránsito citadino. 

Si no hay fiscales entonces el caos es mucho peor, la gran mayoría de los conductores considera que TIENEN que pasar primero ellos  así que se lanzan los carros unos a otros, se insultan, se cornetean, se agreden y enredan aún más el cruce perdiendo más tiempo, trancándose más y por lo tanto aumentando su nivel de stress. La conducta es generalizada y es común ver un autobús con la trompa casi montada en la parte trasera de un carro pequeño mientras este está lado a lado casi rozándose con un taxi y de frente contra otro carro y por los huecos que quedan pasan las motos sin ninguna intención de frenar y caminan los transeúntes atravesándose aún más y casi siendo arrollados constantemente por las motos.  

En estos casos la culpa siempre es “del otro” o bien porque “es un abusador al que no hay que darle paso” o bien porque “es un pendejo que no se mete…” y todos piensan y se convencen de que si hay un fiscal que pare a unos y deje pasar a los otros con algo de justicia la cosa es peor… ¡el colmo de la incoherencia pues! 

Es todo un cuadro surrealista cotidiano de la conducta absurda del venezolano, quien insiste en auto destruirse, auto amargarse, complicarse la vida y dañarse a si mismo pensando que está siendo el más arrecho del mundo e importándole tres pitos los demás.

Estas amarguras se unen a El Nacional

El Nacional

Mi amigo Petrusco me conminó a inscribir esta bitácora en un concurso de El Nacional hace varios días…y ahora resultó seleccionada junto con otros 9 blogs más, incluyendo el del mismo Petrusco, para unir nuestras páginas a la de este diario…que tremenda sorpresa! 

Me alegra mucho la selección y la iniciativa pues mientras más espacios haya para compartir información, ideas, noticias y hasta diversión pues mejor. En este universo de escribientes y lectores ávidos no podemos dejar de alegrarnos por cada nueva interconexión que aparezca para intercambiar aún más. 

Así que al lado de este grupo de blogs seguiré exponiendo mis amarguras por compartir el día a día con los patológicos VPI de siempre. 

…y por supuesto: Muchas Gracias!!!!

El apuro estúpido – agresivo

Apuro

He escrito sobre el Apuro Estúpido en otras ocasiones, aquí, aquí y aquí…esta semana vuelvo a esta patología conductual del venezolano, tomando tres ejemplos de mis anécdotas diarias. 

El primero fue en el cine, una actividad que se supone es para relajarse y disfrutar con familia o amigos. En la cola para comprar las chucherías que avanzaba lentamente la persona que estaba delante de mí, un hombre joven, y una muchacha que estaba 5 personas por delante del hombre joven y dos hombres que estaban justo detrás de ella comenzaron a desesperarse porque el tiempo pasaba y ya iba a comenzar “la película” (léase los trailers y comerciales que proyectan siempre antes de la película). Lo cierto es que comenzaron a gritarle a uno de los dependientes, la muchacha le gritó groseramente al chico y llegó a golpear el mostrador, los dos hombres pidieron hablar con algún gerente y el que iba delante de mí le gritó que hiciera su trabajo. Valga decir que nadie más de la cola protestó, incluyéndome (recuerden que yo estaba más atrás en la línea que todos ellos) y luego de que me dieron mis cotufas, mi refresco, mi chocolate, pagué, me dieron el vuelto, caminé hasta la sala, acomodamos las cosas y me senté…todavía pasaron 5 minutos más para que comenzara la película. Es decir, todo el atropello contra el dependiente de la caja no fue más que un síntoma de apuro estúpido y descontrolado que provocó malestar en el ambiente y fue totalmente inútil. Si usted no quiere azogarse en la cola de las chucherías comience a hacerla un buen tiempo antes de la película. 

Luego en el Metro, llenísimo de personas, comenzamos a bajar por las escaleras al mismo tiempo que subía otro buen grupo de gente por nuestra izquierda, entonces una mujer soltó esta perla “es que esta gente baja muy lento…” y yo le respondí “¿y que quieres que hagamos que le saltemos por encima a los demás? Es la lógica del VPI con apuro estúpido, “los demás son lentos, quedados e inferiores”. Si no quieres sentir deseos de saltar sobre los demás por tu apuro estúpido entonces toma el Metro más temprano. 

El peor fue comprando café en una de estas tiendas panadería/pastelería/café, en donde una paga el ticket y luego pide el café al dependiente. Este era un muchacho que iba haciendo su trabajo en forma metódica, si se quiere un poquito lento. Dos mujeres delante de mí comenzaron a rezongar protestando por la tardanza del servicio y a burlarse de la velocidad del muchacho, en una postura típica de estas VPI: arrogantes e intocables, hasta se mostraron molestas por el hecho de yo pedir al mismo tiempo que ellas habiendo llegado después. Luego de que casi llegaron al nivel de maltratar al muchacho se llevaron sus cafés…a una mesa en donde pasaron 20 minutos hablando paja antes de irse a sus destinos finales, ¿No merece acaso el apelativo de estúpida, esta clase de actitud agresivo/apurada sin razón?

VPI motorizados campantes…

Motociclista

Los VPI siguen campantes por allí amargándole la vida a más de uno, así los motorizados siguen campantes por las autopistas, matándose o lesionándose por docenas cada mes e insultando y golpeando, abusando, también mensualmente de cientos de conductores de automóviles mientras las autoridades voltean hacia otro lado para no verse también “agredidos” por estas personas que se sienten cada vez más intocables lamentablemente. 

Así sucede por ejemplo en la calle que conecta la autopista Francisco Fajardo con la Avenida Francisco de Miranda a nivel de La California, en donde siempre hay cola, los motociclistas o bien toman la acera para circular (porque para ellos, más arrechos que los demás como se sienten, es una humillación detenerse, pisar el freno, y mucho menos detrás de un carro), o bien se lanzan por la vía contraria, al otro lado de la isla, y además a gran velocidad, pudiendo matar a cualquier señora o señor que desprevenidamente cruce la calle sin ver hacia el otro lado del cual se supone que no debe venir nadie.


Eso a ellos no les importa, su pensamiento y justificación es que las empresas y la economía del país avanzan gracias a sus irresponsables, homicidas y suicidas maniobras en el tránsito las cuales les permiten llegar en pocos minutos a sus destinos, bien sean estos una oficina, un banco…o la morgue. Y debido a esto ellos están por encima de la ley, nadie los puede parar sin ganarse una amenaza de golpiza o una lluvia de groserías en el peor tono y hasta una aglomeración de motociclistas dispuestos a incendiar lo que sea con tal de que nadie los toque.
 

Peor aún los fiscales de esa calle (siguiendo con el ejemplo de más arriba) quienes hacen montones de señas y pitan con rudeza para dirigir el tránsito de los carros…pero no son capaces de parar un motociclistas de estos que vienen a contra flecha y montarles una multa. Durante los 15 minutos que estuve en esa cola conté más de 20 infractores motorizados y todos pasaron frente a los fiscales sin que les dijeran absolutamente nada. 

Estamos peligrosamente a merced de estos VPI’s extremos y la falta de autoridad que los potencia.