Mi esposa acudió el pasado miércoles 17 al evento musical “De parranda con Aquiles Báez y C4 Trio” del cual vale decir que a nivel de producción dejó mucho que desear (comenzando porque ni siquiera programa de mano entregaron) pues más allá de la calidad innegable de los artistas que actuaron allí y siguieron demostrando su alta calidad musical y humana, el evento no pasó de ser pagar 90 Bsf por persona para escuchar a unos famosos tocando los mismos aguinaldos y parrandas que siempre se tocan y cantan en Venezuela por estas épocas, salvo algunos muy pocos temas originales. No hubo propuesta escénica ni guión de enlace entre las partes e invitados, los cantantes se vieron dudosos de sus turnos para cantar estrofas y la “informalidad” casi rayó en la improvisación al estilo “vente tú” para resolver un concierto navideño que saliera como fuera y punto.
Saliendo de allí ella pagó 10 BsF por menos de dos horas de estacionamiento, todo un abuso y un robo en esta ciudad cuando se supone que esos precios están regulados. Al parecer la gente del estacionamiento del edificio del Corp Banca Centro Cultural también quiso resolver su navidad en una sola sentada.
Buscando a nuestro bebé en donde lo dejamos en la Avenida Baralt las montañas de basura que adornaban las esquinas por esa zona eran impresionantes. Por muchas luces y adornos que en estos tiempos se ven en las calles la fealdad de la basura no recogida o mal botada por desidia o por asuntos de pagos pendientes vence en la batalla por la estética urbana.
En la Cota Mil rumbo hacia el este mi esposa tuvo que maniobrar dos veces con mucho riesgo y llevando a un bebé en el carro. Primero una mujer entró a la avenida en un Starlet sin mirar a los lados y llegando hasta el canal rápido lo cual hizo que mi esposa tuviera que frenar de golpe con la suerte de que nadie venía detrás. Luego, cuando tomó el canal rápido una camioneta Ford Runner se le colocó casi parachoques con parachoques detrás a unos 140 Km/hora obligándola a quitarse del medio casi a empujones. Un solo error, un solo pequeño toque del freno y mi esposa y el bebé todavía estuvieran en órbita gracias a ese degenerado VPI enfermo de velocidad como hay millones aquí.
Por la recta de la autopista a nivel de La Urbina había cola así que mi esposa se desvió por dentro de La Urbina buscando la redoma de Petare. Con cierta velocidad llegando a Petare y gracias a que estaba bien atenta pudo descubrir a tiempo un gigantesco hueco en el canal rápido tapado con agua que la obligó a frenar casi en seco y desviarse apenas al canal rápido ya que venía pasando un inconsciente taxista que pese a ver que el carro de adelante venía frenando y maniobrando no se detuvo ni un segundo. Un hueco así de noche es una irresponsabilidad por parte de las autoridades correspondientes que más de una tragedia produce y producirá…sin que se haga mayor cosa.
Finalmente cruzando Petare una vez más montañas de basura que superaban cualquier arbolito de luces en los postes. El único punto positivo fue encontrar muchos policías patrullando esa zona en ese momento.
Una experiencia alucinante en una ciudad que en ocasiones es VPI en toda su extensión gracias a sus habitantes.
Foto Venezuela Tuya