Caracas mia…da

Me ha sorprendido en días recientes la facilidad con la cual volteas para cualquier rincón de la ciudad y te encuentras con un tipo orinándose en una pared, en un matorral, en una esquina, al lado de un carro, etc. Es la cosa más común del mundo y obviamente la gente pasa de largo haciendo del “hombre que mea en público” parte del paisaje urbano y del hedor posterior resultante parte del aroma urbano.

Es igualmente común ver a esos mismos personajes caminando por las calles y avenidas (sobre todo al final del día) con una lata o botella de cerveza, conversando tranquilamente mientras consumen su alcohol públicamente en cualquier acera (sea que pase frente a un colegio o guardería o frente a un lugar turístico, eso no importa)

Mientras estos VPI gozan de la vida tomando caña andando o reunidos a pocos metros de alguna licorería, al mismo tiempo preparan las municiones para hacer sus acciones más comunes y relajadas: botar la botella o la lata en cualquier sitio de la vía pública y orinarse en cualquier sitio de la vía pública.

Lo bizarro de la cosa es que sucede como lo más natural y simpático del mundo, por supuesto que en esas ocasiones nadie se mete con un VPI que esté tomando pues lo más seguro es que el tipo (o la tipa) tenga hasta un lanzallamas listo para achicharrar a quien ose reclamarle nada. La policía les pasa al lado y pareciera que allí no sucediera nada. Ellos, la policía, esperan que algunos vecinos se quejen para ir entonces (cuando van) regañar como a muchachitos malcriados a los VPI bebedores y “miones”…los cuales regresan apenas se retira la “autoridad competente” a seguir con su rumba de música, alcohol y vejigas llenas en esta Caracas que es tuya y mia…da.

Esperanza tenaz

Esta semana recorrí de nuevo caminando la misma ruta que hice por años: bajando de Sábana Grande pasando por el CC El Recreo hasta la Torre Financiera en Colinas de Bello Monte.

Descubrí que nada ha cambiado desde que por esa misma ruta desarrollé hace unos años la Teoría del Comportamiento Absurdo del Venezolano entre tropezones con peatones, carros y motos comiéndose flechas y luces, casi arrollándote y además con saña, y el gentío con el mismo atosigamiento salvaje apurado que no les permite esperar un simple semáforo un máximo de 20 segundos.

Todo sigue igual, quizá haya muchísima más gente ahora que antes. No es que esperara que cambiara mucho pero siempre dejo que persista una esperanza de que nos descubramos tan enfermos como estamos y comencemos a curarnos en cualquier momento.

Estamos ya en la Navidad y en el Fin de año y en estos días esta esperanza se refuerza junto con las demás más normales de esta época: Salud, Paz, Prosperidad y Amor…que son además los mismos 4 pilares que tanto como personas como sociedad necesitamos para construirnos y progresar.

Mis deseos se basan en esos 4 pilares para todos, para ustedes quienes me leen y comentan y para todo nuestro país y nuestro mundo entero. En particular tengo la esperanza tenaz de que logremos algo concreto uniendo esfuerzos el próximo año para producir lecciones audiovisuales, como espejos, que nos puedan ayudar como terapia para ser mejores cada vez.

¡Seguimos intercambiando!

Conos Arbitrarios frente a El Recreo

Pasando por la Av. Casanova justo por donde está el Centro Comercial El Recreo se puede observar otra muestra flagrante y precisa de la conducta VPI que predomina en nuestra ciudad.

Se trata de unos conos colocados en el ultimo tramo de la avenida justo hasta el semáforo al lado del centro comercial, para “permitir” que tanto taxistas como motorizados utilicen el canal lento de ese trecho como “estacionamiento” para parar sus vehículos, recoger pasajeros, echar cuentos, etcétera.

Además los conos están atados con cuerdas para hacer mas evidente el obstáculo e impedir que por allí los peatones se le atraviesen a motocicletas y taxis.

En pocas palabras se restringe arbitraria e ilegalmente el tránsito por esa vía, congestionando aun mas la avenida ya de por si bastante transitada, en forma descarada y sin que se observe ningún intento de alguna autoridad por retirar esos obstáculos, todo lo contrario, como se puede apenas apreciar en la foto que tomé al pasar por allí, al lado de la palmera están parados tranquilamente dos policías de uniforme oscuro observando relajados toda la escena y conversando alegre y navideñamente.

 Esa es la combinación preferida de la conducta VPI: autoridades indiferentes, VPIs que consideran que su “derecho al trabajo” está por encima de todo y debe pisotear cualquier otro derecho ajeno, violación flagrante a las leyes del tránsito y la circulación y una total impunidad que permite que eso ocurra sin que nada cambie.

Estos casos insólitos se repiten en cientos de lugares en nuestra ciudad y….nada pasa. Son los VPI quienes dominan el territorio citadino y las autoridades son unos adornos agregados en esta época a las estrellitas, los Santa Claus y los Renos.

¿Alguien podrá hacer algo al respecto? Al menos un gesto de sentido común sería retirar esos conos para que la cola no se haga tan fuerte y exigir a los taxistas y motorizados que circulen y recojan a sus pasajeros haciendo rondas o estacionándose en otro lugar en el cual no afecten la circulación. ¿Será tan difícil?

Documentales sobre el VPI – 2da Parte

En el artículo anterior comentan dos amigas de esta página, Anele e Isabel, y plantean dos puntos interesantes para la propuesta de hacer uno o varios documentales sobre las acciones de los VPI. Anele apunta en el sentido de hacerlo “nosotros mismos” e Isabel señala lo terapéutico que sería ver las patologías conductuales de nuestros VPI reflejadas en audiovisual, y no sólo en letras, y reconoce por otra parte las dificultades económicas que confronta un documentalista en nuestro país para llevar a cabo muchas veces sus proyectos.

Quizá la vía a seguir para registrar en video las absurdas conductas diarias que se observan en nuestra ciudad sea una combinación de dos esfuerzos.

El primero efectivamente invitando a todo el que quiera, a fotografiar filmar en micro-videos con sus celulares o cámaras de bolsillo desde sus carros o desde apartamentos u oficinas que miren hacia la calle cualquiera de estas conductas insólitas de los VPI: botando basura, comiéndose la flecha o la luz, fumando sin respetar, cruzando fuera del rayado peatonal, motorizados a contra vía o por la acera, carros, motos, buses, metrobuses, taxis circulando por el hombrillo, gente agresiva de grátis, etcétera, y o bien subirlos a alguna página de videos y enviarnos el enlace con la explicación para publicarlo o bien enviarlo directamente al administrador de esta página o la de Anele para que se encargue de su publicación y comentario.

Dos cosas hay que tomar en cuenta al hacer estos videos o fotos; por un lado evitar que algún VPI belicoso detecte que está siendo filmado o fotografiado para no correr riesgos de confrontación y por el otro evitar que la o las personas filmadas o fotografiadas sean identificables pues el punto no es la denuncia de una conducta personal sino de los síntomas de nuestro problema como sociedad.

El segundo sería contactando, invitando e insistiendo con algún documentalista o cineasta conocido a considerar seriamente la propuesta de un documental o una serie de documentales sobre el tema, que podrían hilarse como las sorprendentes conductas que día a día se ven en cualquier calle de Caracas por parte de todo tipo de ciudadano, desde los más humildes hasta los más pudientes y en todas las zonas de la ciudad, atentando todas ellas contra la convivencia, la tranquilidad y la salud (incluyendo la salud propia)

¿Expandimos la idea?

Documental sobre los VPI:

Hoy en el semáforo que hay subiendo para la plaza Altamira justo al lado de donde era el cine Altamira, una moto de la Policía de Chacao de placas 4577, con dos funcionarios (un hombre y una mujer), se comió la luz roja delante de todo el mundo. Luego se vinieron a estacionar delante del Centro Plaza y se bajaron tranquilamente para entrar al centro comercial, es decir, no tenían ninguna emergencia.

¿Qué tipo de conducta se puede exigir a los ciudadanos comunes si ni siquiera sus autoridades cumplen las leyes ni dan ejemplo ni nada?

Recordé aquel camión de la Guardia Nacional que observé en la Av. Río de Janeiro haciéndole cambios de luces a un carro para que se comiera la luz así como otros semáforos en donde motos y vehículos de fiscales o policías se comen las luces y otros ejemplos que he mencionado aquí también de motorizados policías comiéndose la flecha con toda la calma del mundo como si el hecho de tener que dar el ejemplo les importara un pepino y dos zanahorias.

En esta ciudad obstinada y ambigua en sus valores se podría filmar un documental o una serie de documentales todos los días sobre la increíble incultura urbana, las patologías conductuales y las insólitas respuestas de nuestros VPI.

Lo que describo en este blog es apenas una pálida imagen de lo que día a día se vive en esta ciudad plagada de Venezolanos Propensos a cometer Infracciones (VPI) quienes a la menor tentación (o hasta sin ella) efectivamente las cometen una y otra vez.

Un video con todo su despliegue audiovisual desarrollado en cualquier zona de Caracas: Petare, La Lagunita, El Paraíso, El Hatillo, Chacao, Baruta, Av. Baralt, El Bosque, etcétera, reflejaría con mucha mayor contundencia qué es lo que está pasando y cómo nos estamos comportando en esta ciudad y podría servir de plataforma para sensibilizarnos a todos sobre lo que quizá es el peor mal que nos aqueja como sociedad: el predominio de la conducta al estilo VPI sobre cualquier otra conducta sana entre nosotros. Y eso va desde el que bota basura en la calle hasta el que roba desde puestos de poder en el gobierno o en grandes empresas privadas, pasando por las autoridades y otros ciudadanos con cargos que deberían ser ante todo modelos de buena conducta.

¿Cómo se le podría hacer llegar esta propuesta a algún documentalista o cineasta que esté interesado o interesada en llevar adelante un proyecto así que quizá podría servir para comenzar a sanar nuestros males?