La gandola VPI

Hace unas semanas amaneció esta gandola atravesada en plena avenida Guaicaipuro de El Llanito, en Caracas. Esta avenida es paralela a la principal (Av. Tamanaco) y tiene un grado de inclinación mucho mayor que aquella, razón por la cual, desde hace años, está prohibida que por ella circulen vehículos de carga pesada y extra pesada, como es el caso de esta gandola con un contenedor encima.

La razón de dicha prohibición es básicamente que en el pasado ocurrieron varios accidentes en los cuales los frenos de vehículos de este calibre fallaron (debido a lo inclinado de la vía) y entonces terminaron siendo aplastados carros, muros, cercas y personas avenida abajo, por estas moles descontroladas cayendo de retroceso a toda velocidad y sin freno.

Pero los gandoleros y camioneros generalmente creen, como buenos VPI que la mayoría son, que a ellos “no les va a pasar eso”. Es una creencia común del VPI que, como en sus repetidas conductas estúpidas peligrosas no les pasa nada, entonces NUNCA les va a pasar nada. Tal como ocurre, por ejemplo, con el peatón que cruza la calle a lo loco y nunca ha sido atropellado; termina convencido de que no le pasará nada aunque cruce mil veces la misma calle del mismo modo incorrecto.

Eso se termina el día en que ese peatón es aplastado por una camioneta o destrozado por una moto, entonces, o se termina la vida de ese VPI o, peor aún, queda vivo y lisiado para siempre. Quizá en ese momento es cuando entiende lo peligrosa que fue siempre su conducta…o quizá no. La irracionalidad del VPI es bien persistente, tanto así que incluso miembros de su familia, también VPI, siguen cruzando peligrosamente la misma vía mientras recuerdan llorosos al primo o al hermano o la hermana que perdieron arrollado hace poco.

Al gandolero de esta historia también “le pasó”, la cuesta de la Guaicaipuro venció a su gandola y tuvo que usar frenos de emergencia para detenerla a duras penas y entonces tratar de ver cómo la arreglaba.

Ese día pedí por twitter a las autoridades, repetidas veces, que se apersonaran en el lugar y pusieran preso de inmediato al conductor, además de multar a la compañía, ¿por qué?, porque meter esa gandola por esa avenida es un “intento de homicidio y un potencial atentado contra la propiedad y bienes públicos”. Si esa gandola se viene para abajo descontrolada hubiera podido causar una tragedia.

Al final no sé si detuvieron al conductor o no pues tuve que retirarme del lugar. Lo más probable es que no le hicieran nada, al contrario, seguramente lo auxiliaron, lo hicieron salir de allí como pudieron y le cobraron algo bajo cuerda para dejarlo tranquilo y llevar plata al comando para desayunar. Típico manejo de fiscales de tránsito y policías en las calles de nuestra ciudad.

Hasta que se meta la próxima gandola creyendo que no va a pasar nada y nos aplaste, gracias a la autoconvencida invencibilidad del VPI (imbecilidad también) y a la corrupción de nuestras autoridades, sean del municipio que sean.

Mire para ambos lados antes de cruzar.