Embotellamiento VPI

Ciclovía al lado de la UBV
Para construir una ciclovía, este trayecto frente a la UBV pasó de 4 a 3 canales. Los embotellamientos son de antología

La avenida principal de Bello Monte, en su recorrido entre el cruce hacia la llamada “Calle de los Hoteles”  (Av. Las Acacias) y la UBV, constaba hasta hace unos pocos meses de cuatro canales, dos de ida (dirección Santa Mónica y dos de vuelta (dirección Colinas de Bello Monte), sin embargo, ahora sólo tiene tres: dos de ida y uno de vuelta, debido a que todo el canal derecho de ida fue ELIMINADO para realizar las obras correspondientes a la construcción de una ciclovía.

Al igual que en el artículo anterior, de lo que se trata aquí es de evaluar el impacto de una obra así en el tránsito de este punto también súper congestionado de Caracas, tomando en cuenta que une dos grandes urbanizaciones y además enlaza el centro-este con el oeste de la ciudad, autopista, El Valle, Circulo Militar, etcétera.

La ruta de vuelta, la cual quedó reducida a una sola vía, transcurre en paralelo a una larga acera que tiene paradas de autobuses y salidas de edificios, por la cual circulan muchísimos peatones quienes regularmente pues detienen taxis y autobuses, es decir, la sola vía está condenada a embotellarse SIEMPRE debido a que los transportistas deben detenerse constantemente a recoger a sus pasajeros y de los edificios salen y entran frecuentemente vehículos. No hubo la previsión de eliminar dichas paradas y convertir el paso en un corredor vial sin posibilidad de parada sino que se dejó la cosa así, improvisada, a la buena de Dios y sin tomar en cuenta las formidables trancas que se forman allí debido a la construcción de la ciclovía.

Peor aún si hay un juego Caracas-Magallanes, epítome de las mayores colas jamás vistas entre Colinas de Bello Monte y Santa Mónica, debido a la gigante cantidad de vehículos que ingresan al Estadio Universitario que se encuentra ubicado en la zona.

No importa. Hay que construir la ciclovía. Seguramente el cronograma de la constructora contemplaba 6 meses de obra pero la cosa llegará y pasará del año sin terminar de construirse. Puedo decir que al menos cuando yo pasé y tomé esta foto, a media tarde de un día laboral, no había NADIE trabajando en la obra ni tampoco NINGUNA maquinaria o vehículo transportando, removiendo o echando material. Nada. Al contrario, la gente aprovecha la vía eliminada, totalmente llena de tierra, para estacionar sus carros particulares formando una larga fila.

Lo “bonito” de tener una ciclovía en la ciudad no debería obligar a pasar por un período de tantos meses de infierno vial. En este tipo de obras debe haber un estricto seguimiento y cumplimiento del cronograma de menor impacto para la circulación. Ese es el deber ser. De lo contrario es preferible dejar las cosas como están.

La gran pregunta que queda en el aire también es, una vez terminada la ciclovía ¿con cuántos canales para carros quedará ese trayecto? ¿Seguirán siendo tres y por lo tanto el embotellamiento será eterno o se repondrá el canal eliminado el cual discurrirá en paralelo a la vía para las bicicletas? ¿Cuál es el plan, un embudo irremediable por siempre o un remedio duradero, verdadero y funcional?