Esta semana protestaron encadenándose algunos jóvenes estudiantes delante de algunas sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE) para exigir mayor información y cantidad de centros de registro y actualización electoral de cara a las elecciones presidenciales a celebrarse el próximo 7 de octubre de 2012 debido a que, según ellos, eso es necesario para que se inscriban los jóvenes que todavía no lo han hecho a estas alturas del año.
Más allá de la validez o no de la protesta, lo que pensé de inmediato fue en lo bonito y efectivo que sería que estos mismos muchachos y muchachas se encadenaran para pedirle a los peatones que crucen por el rayado o para pedirle a los conductores de los carros y motocicletas del país que no se sigan comiendo las flechas y las luces, que respeten, que sean considerados, solidarios, respetuosos y conscientes.
Encadenarse es una protesta vistosa, ¿Por qué no usarla para exigir a los venezolanos que no boten basura en la calle? Mejor visto, en mi opinión, hubiera sido encadenarse para protestar en contra del maltrato y la discriminación contra la mujer o para exigir campañas diarias en contra del embarazo precoz por ejemplo.
Se encadenaron por una motivación política cuando resulta que la simple voluntad de cualquier elector joven que todavía no se haya inscrito es suficiente para decidir o no si participa en este proceso electoral. Basta con que tome la decisión de inscribirse y lo hará. Quien no lo ha hecho aún es porque no ha querido.
Sería preferible encadenarse para exigirle al gobierno que promueva agresivas y constantes campañas de concientización del ciudadano, de respeto a las leyes y ordenanzas, de solidaridad y sensibilidad para con los demás, de cuidar y mantener los espacios de todos, de respetarnos unos a otros como único camino posible para convertirnos en una sociedad mejor, en un conjunto humano floreciente, en un país poderoso.
No. No son los políticos con sus trampas interesadas y toneladas de promesas los que logran eso, lo logran los ciudadanos con su conciencia y su cultura cuando así lo deciden.
¿Tomamos esa decisión?